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Indignación en Nicaragua

By Brett Spencer

El lunes 7 de noviembre, un día después de las elecciones de primer turno de Nicaragua, los partidarios del partido indígena Miskito, Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka, o Hijos de la Madre Tierra (YATAMA), salieron a las calles de Puerto Cabezas para celebrar una victoria regional para los pueblos indígenas. Acababa de anunciarse que Brooklyn Rivera, líder de YATAMA, había ganado su cargo de diputado.

Las encuestas locales daban por segura la victoria de YATAMA, a pesar de las numerosas acusaciones de fraude electoral. Nueve de cada doce personas entrevistadas en cuatro centros de votación en Puerto Cabezas informaron del fraude electoral a favor del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), encabezado por el actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.

Los partidarios de YATAMA celebran las noticias de su victoria durante un discurso de Brooklyn Rivera. Foto: Brett Spencer

“Hay serias dudas sobre la transparencia, la limpieza y la pureza de este proceso”, dijo Rivera. Aparte de YATAMA, “no hay oposición real” y “no hay observación internacional de las elecciones”, concluyó.

A pesar de estas acusaciones, los partidarios de YATAMA planeaban marchar a través de las calles de la ciudad a las dos de la tarde. Sin embargo, en ese momento se supo que la victoria no se reconocería hasta que la votación se repitiera en Managua, sin la presencia de funcionarios de YATAMA.

Este anuncio hizo nacer un sentimiento de inquietud mientras las calles se llenaban de mujeres y hombres miskito de todas las edades mostrando su apoyo a la reelección de Brooklyn como diputado en la Asamblea Nacional.

Rivera fue expulsado del cargo en septiembre de 2015, después de un aumento de la violencia resultado de un conflicto endémico de tierra entre los miskitos y sandinistas, a quienes los miskitos llaman colonos.

Puerto Cabezas reacciona ante las noticias de una victoria de Yatama. Foto: Brett Spencer

La población indígena pobló las calles con alegre entusiasmo tras un discurso optimista de Rivera. Sin embargo, poco después del comienzo de la marcha, la policía empezó a formar en la calle principal con material antidisturbios, evitando que la marcha continuara.

Los jóvenes miskitos comenzaron a lanzar piedras contra los oficiales y la policía comenzó a disparar balas de goma contra la multitud, provocando aun mayor indignación. Un grupo de partidarios de YATAMA llegó hasta la oficina del gobernador de donde se llevaron el equipo de oficina, incluidas las computadoras. La multitud comenzó a reunir armas improvisadas para defenderse de la policía, que empezó a usar gases lacrimógenos en su intento de dispersar a la gente.

Muchas de las mujeres y niños se refugiaron en un bar desde el que podían divisar el conflicto, aunque aun estando allí los agentes de policía les arrojaron gas lacrimógeno.

La policía disparando balas de goma contra jóvenes de Miskito. Foto: Brett Spencer

“Se suponía que esto era una marcha pacífica, pero la policía comenzó a instigar la violencia”, dijo Walt, que trabaja en el bar donde se refugiaron. “Pero la gente tiene que marchar para obtener resultados por aquí, de lo contrario el resultado no sería el mismo.”

Finalmente, alrededor de las seis de la tarde, los partidarios de YATAMA alcanzaron a la policía, que se retiró a la comisaría. Después de la puesta de sol, un grupo de jóvenes miskitos, enojado con la policía por detener la marcha, irrumpió en varias tiendas propiedad de partidarios sandinistas.

Foto: Brett Spencer

A la mañana siguiente, la emisora Sandinista, Bilwi Stereo, culpó del conflicto a la participación de extranjeros, desacreditando así al el poder y de la amplias bases de apoyo de YATAMA. Puerto Cabezas se militarizó de la noche a la mañana, con camiones llenos de soldados fuertemente armados patrullando por las calles vacías.

Las calles se mantuvieron tranquilas, pero en tensión, ya que las relaciones entre los Miskito y el gobierno sandinista continúan deteriorándose. “Necesitamos algo mejor para nuestra gente”, dijo Hector Williams, el Wihta Tara, o “Gran Juez” del movimiento separatista Miskito. “Esta es la Moskitia, no es Nicaragua.”