Los Pueblos Indígenas del ártico lideran el camino en la restauración ecológica y resiliencia climática, dice un importante nuevo estudio

Los Pueblos Indígenas del ártico lideran el camino en la restauración ecológica y resiliencia climática, dice un importante nuevo estudio

Juntando los renos de la comunidad nómada Turvaurgin a –57º Celsius, en Baja Kolyma, Sakha Yakutia, Rusia. Foto: Cooperativa Snowchange
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and  traducido por Daniel Dayley translated by Daniel Dayley
abril 14, 2017
 

Un importante nuevo estudio internacional ha reconocido el papel crucial que desempeñan los pueblos indígenas del Ártico en los esfuerzos de restauración ecológica que ayudan a desarrollar la resiliencia a los grandes cambios impulsados por el cambio climático en la distribución de las especies terrestres, marinas y de agua dulce.

El nuevo estudio, publicado en la prestigiosa revista Science, pone de relieve la magnitud de los cambios impulsados por el cambio climático en la distribución de las especies. El estudio identifica los desafíos emergentes que estos cambios plantean para las comunidades y economías indígenas y no indígenas desde los trópicos hasta los polos.

“Estudios anteriores han demostrado que las especies terrestres se mueven hacia los polos en un promedio de 17 km por década, y las especies marinas en una media de de 72 km por década. Nuestro estudio demuestra la manera en que estos cambios están afectando a los ecosistemas, a la salud y la cultura humana en todo el mundo en el proceso” dice la profesora asociada Gretta Pecl, autora principal del informe, desde el IMAS y el Centro de Socioecología Marina en Tasmania.

“Mientras algunas especies favorecen un clima más cálido y son cada vez más abundantes, muchas otras con las que los seres humanos interactúan, y que son explotadas por estos, están en peligro de extinción. La supervivencia humana depende de otras formas de vida en la tierra, así que la redistribución de los organismos vivos del planeta es un reto importante para las personas en todo el mundo” dice Pecl.

La disminución y la extinción de especies como resultado del cambio climático forman parte de un patrón más amplio. Los científicos están de acuerdo en términos generales en que la Tierra está experimentando actualmente un sexto evento de extinción masiva que requeriría entre diez y treinta millones de años hasta que la vida pudiera recuperarse.

Debido a los impactos ambientales provocados por los humanos, a nivel mundial, la tasa de extinción de las especies es entre 1-10.000 veces mayor que la ‘tasa básica’ ecológicamente normal. Estas pérdidas drásticas de la biodiversidad están reduciendo la resiliencia de los ecosistemas y su capacidad para hacer frente a los choques ecológicos, tales como los eventos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes causados ​​por el cambio climático.

Según el estudio, otros retos que plantean los cambios en la distribución de las especies incluyen la escalada de los conflictos provocados por las especies que se desplazan de una ‘zona económica’ a otra, como en el caso de ‘las guerras de la caballa’ en Islandia.

Los medios de subsistencia, el empleo y la rentabilidad en industrias como el turismo marino y el cultivo de café se ven amenazados a medida que las zonas primarias de crecimiento cambian, los corales mueren, las medusas infestan las aguas utilizadas para la recreación y los erizos de mar destruyen los hábitats de peces en los bosques de algas.

Los traslados de las especies relacionadas con el cambio climático también tendrán profundas consecuencias para la salud humana. El aumento de las temperaturas está fomentando la difusión hacia los polos de mosquitos capaces de llevar la malaria, lo que coloca a nuevas regiones en mayor riesgo de esta y otras enfermedades.

Los cambios en la distribución de las especies también están afectando directamente a la seguridad alimentaria y a los sistemas de conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas que dependen de las actividades de pastoreo de subsistencia, de la pesca y la caza para su bienestar físico, cultural y espiritual.

El Ártico es un área de especial preocupación en el estudio. Con las temperaturas árticas recientemente de 20° Celsius por encima del promedio y con el nivel más bajo de medición registrada del hielo marino, en 2016 los autores del extenso Informe sobre la resiliencia ártica advirtieron que el rápido derretimiento del hielo ártico podría provocar ‘puntos de inflexión’ polares con consecuencias catastróficas en todo el mundo.

El hielo marino del Estrecho de Bering, 2010

El hielo marino del Estrecho de Bering, 2010. Foto: SnowChange.org

Los pueblos indígenas que aún mantienen relaciones estrechas de subsistencia con los ecosistemas del Ártico han sido los primeros en notar los ‘indicadores’ biológicos y los ‘señales sútiles’ de estos efectos climáticos drásticos. Los autores del estudio de la revista Science han documentado estas observaciones en colaboración con los pueblos indígenas del Ártico, haciéndolas así visibles a través del estudio.

Un ejemplo de ello proviene del río Näätämö, uno de los últimos ríos de flujo libre de Europa en albergar poblaciones silvestres de salmón del Atlántico. Situado en el extremo norte ártico de Finlandia, desde hace miles de años el Näätämö y su salmón han estado en el corazón de la subsistencia y la cultura del pueblo Skolt Sami .  Esta relación ha perdurado a pesar de los desplazamientos forzosos sufridos por el pueblo Skolt Sami durante el siglo XX.

El cambio climático está poniendo en peligro las poblaciones de salmón del Näätämö y el modo de vida del pueblo Skolt, mientras que la minería, la acuicultura y el turismo son posibles impulsores futuros del cambio. El aumento de las temperaturas y la variabilidad de las lluvias están causando que el hábitat acuático del salmón sea menos óptimo para los peces, mientras la sequía pone en peligro el desove del salmón. Si los niveles de agua llegan a ser demasiado bajos, los salmones que migran a los lugares de desove río arriba del Atlántico no serán capaces de nadar en el río. Tales factores de estrés son los que pueden causar que una especie cambie su rango en busca de condiciones más favorables.

Otro estudio del caso viene de Kolyma en Siberia, en Rusia, donde el bienestar físico, cultural y espiritual del pueblo Chukchi depende principalmente del pastoreo de renos. El cambio climático está causando eventos irregulares de hielo-deshielo que encierran el principal alimento de invierno de los renos, el liquen, bajo una capa de hielo, así como el derretimiento del permafrost y otros impactos que están causando cambios en los patrones de migración de los renos. El mantenimiento del modo de vida de trashumancia en que los Chukchi han funcionado tradicionalmente se está volviendo cada vez más difícil.

Sin embargo, además de ser una región de interés mundial, el estudio por primera vez de la revista Science destaca el trabajo de las comunidades indígenas del Ártico como las principales fuentes de inspiración en el esfuerzo mundial para frenarlo, y aumentar la resiliencia al cambio climático.

En los círculos del estudio del clima, la resiliencia se define como la capacidad de los sistemas naturales y humanos interrelacionados para  “amortiguar y adaptarse al estrés y a los choques, y por lo tanto navegar e incluso modelar el cambio”.

El pueblo Skolt Sami está utilizando sus conocimientos tradicionales y está trabajando mano a mano con los científicos para guiar los esfuerzos para restaurar el río Näätämö, mientras está reconstruyendo la resiliencia del sistema de agua y, al mismo tiempo, la suya.

Un pescador Skolt Sami en el Näätämö

Un pescador Skolt Sami en el Näätämö. Foto: SnowChange.org

Como parte de la pionera Iniciativa de gestión conjunta del Río Näätämö, el pueblo Skolt ha desarrollado indicadores, elaborados a nivel local, de los cambios ambientales que son más sensibles que los parámetros reguladores estipulados a nivel nacional de Finlandia. Estos sistemas de indicadores, que se basan en los conocimientos tradicionales transmitidos y actualizados de generación a generación, están ayudando al pueblo Skolt, y a los científicos asociados, a detectar y abordar los cambios ecológicos de forma preventiva.

El pueblo Skolt Sami ya ha identificado y comenzado a restaurar los lugares clave de desove del salmón, para poder así ayudar a los peces asediados a reproducirse. También ha comenzado a adaptar sus propias prácticas de pesca e instar a otros pescadores de subsistencia locales a hacer lo mismo. Las modificaciones incluyen el uso de una única una red durante la temporada de salmón, en lugar de tres, e incluyen el cambio de las prácticas de pesca para centrarse en otras especies que habitan el río, incluidos los peces que se alimentan de los salmones jóvenes.

La innovadora estructura de gestión conjunta del proyecto está dando al pueblo Skolt Sami una voz más fuerte en asuntos relacionados con el río Näätämö, y abriendo nuevos espacios para que puedan compartir observaciones y recomendaciones basadas en conocimientos tradicionales. ‘Los co-directores’ en el proceso son los científicos y las autoridades locales, reunidos en una estructura que fue pionera por primera vez en Karelia del Norte, Finlandia.

Exhibiendo los esfuerzos del pueblo Skolt Sami y otros pueblos indígenas como los Chukchi, el nuevo artículo en la revista Science resulta un importante reconocimiento de la función vital que el conocimiento indígena y sus titulares desempeñan en dirigir los esfuerzos para responder al cambio climático.

“La mayoría de lo que oímos y aprendemos son las narrativas sobre cuán grave se vuelve la situación del cambio climático norteño”, dice Pauliina Feodoroff, presidenta de la organización cultural Saa’mi Nue’tt.

“Este artículo (el estudio de Science) y el trabajo relacionado con él a través del Proyecto Colaborativo de Gestión del Näätämö nos han permitido asociarnos en nuevas formas con los científicos para detectar cambios. Y lo que es más importante, este nuevo diálogo contiene elementos de la restauración de algunos de los daños que ya han ocurrido, lo que ayuda a construir nuestra resiliencia. El proyecto y el artículo demuestran el grado hasta el que llegan la precisión y la importancia de nuestro conocimiento indígena Sami en evaluar y responder al cambio climático, en colaboración con la ciencia”.

El Dr. Tero Mustonen, co-autor del nuevo estudio publicado en Science y director de la Cooperativa Snowchange, una red en todo el Ártico de los pueblos indígenas y tradicionales, dice que el nuevo estudio es una llamada a la acción para una mayor restauración del ecosistema dirigida por el conocimiento indígena.

“Para muchas comunidades indígenas, el cambio climático de hoy se debe a décadas, incluso siglos, de usos industriales de las tierras en sus países de origen que han causado consecuencias negativas para el medio ambiente. La resiliencia actual puede construirse, como ha demostrado el pueblo Skolt Sami en Finlandia, a través de los esfuerzos dirigidos a nivel local de restauración ecológica en las zonas en las que tiene sentido. El conocimiento indígena también ha demostrado ser un método viable para la detección de cambios, tales como la llegada de nuevas especies a lugares norteños”, dice Mustonen.

A la luz de los hallazgos del nuevo estudio, Mustonen pide una moratoria sobre las actividades destructivas y extractivas de desarrollo en ambientes y territorios del Ártico, donde la preservación de los sumideros de carbono puede ayudar a retardar los efectos del cambio climático.

“El derretimiento del permafrost es un evento global. Las industrias tales como el petróleo y el gas ya no tienen ningún papel en estas regiones. Se trata del riesgo climático global y de la seguridad climática. La preservación de estos lodazales y ciénagas, de estos bosques primarios y hábitats de la tundra, que han sido gobernados por milenios de forma sostenible por los pueblos Sami y otros pueblos indígenas, son nuestra mejor posibilidad para sobrevivir a medida que el Ártico se va calentando. También contienen las especies endémicas del Norte, cuya preservación tiene un valor inherente,” dice Mustonen.

Dr. Tero Mustonen es un apasionado defensor de la visión del mundo y la cosmología tradicionales de su pueblo, es finlandés y jefe del pueblo de Selkie en Karelia del Norte, Finlandia. Ha trabajado como coordinador de los conocimientos tradicionales para la organización Eurasia para la Evaluación de la Biodiversidad del Ártico. Profesionalmente, trabaja para la galardonada Cooperativa Snowchange, que es una organización sin ánimo de lucro con sede en Finlandia con miembros en todo el Ártico, incluyendo las comunidades de Sami oriental, Chukchi, Yukaghir, Sakha, Evenk, Even, Inuit, Inuvialuit, Gwitchin y muchas más. Mustonen es un conocido investigador en materia de la diversidad biológica del Ártico, del cambio climático y de las cuestiones indígenas. Ha ganado varios premios de derechos humanos y del medio ambiente por su trabajo con Snowchange y con los pueblos indígenas del Ártico.

Hannibal Rhoades es Coordinador de comunicación y promoción en la Fundación Gaia, una organización con sede en Reino Unido que trabaja a nivel internacional para apoyar a las comunidades indígenas y locales para reactivar sus conocimientos, medios de subsistencia y ecosistemas saludables. Hannibal es escritor y colaborador para Intercontinental Cry y ha cubierto historias para muchas publicaciones sobre las comunidades indígenas y locales que trabajan a favor de la justicia ambiental y social.