La Tierra y la Persistencia de la Cultura

La Tierra y la Persistencia de la Cultura

Una Comunidad Indígena Yukpa se Esfuerza en Recuperar su Tierra Después de Años de Conflicto
Una reclamación de restitución hecha por más de 120 familias yukpa está pidiendo 964 hectáreas de tierra que les fueron quitadas en el transcurso de los 50 años de conflicto en Colombia.
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 traducido por Daniel Dayley translated by Daniel Dayley
febrero 3, 2017
 

Una comunidad de indígenas yukpa vio su tierra reducida a un tercio de lo que era debido a la violencia y la intimidación. Ahora la Unidad de Restitución de Tierras de Colombia está ayudando a la comunidad a regresar a sus tierras.

El equilibrio espiritual esencial para la comunidad yukpa está desequilibrado. Los cementerios ancestrales han sido profanados por los invasores; los árboles que albergan a los espíritus están siendo talados; y la caza silvestre que los hombres yukpa cazaban con celo en otra época ya no está disponible. Las mismas limitaciones que impiden a la comunidad practicar su cultura están impidiendo que los padres yukpa pasen estas actividades, palabras e historias a las nuevas generaciones.

“La pérdida de la cultura es muy real. Nuestros hijos no sabrán nada acerca de los Yukpa si no somos rescatados de la extinción. Si no tenemos el espacio para preservar nuestra cultura, garantizo que en treinta años, nuestra cultura desaparecerá,” dice Andrés Vence, líder del consejo de una comunidad yukpa que consta de 120 familias que viven en 300 hectáreas en la Sierra de Perijá, en la frontera entre Venezuela y Colombia.

“La longevidad de la cultura depende del territorio.”

Los Yukpa creen que la tierra es la clave para permitir que su cultura, sus costumbres y sus creencias florezcan.

Se estima que hay 6.000 Yukpa que permanecen en Colombia, y la mayoría viven en las tierras autónomas conocidas como resguardos.  En los últimos treinta años, la comunidad yukpa que vive en La Laguna ha sido víctima del abuso y de la intimidación generadas por el conflicto armado. La comunidad también ha visto sus tierras ancestrales cada vez más ocupadas por los “forasteros”, a los cuales se refiere como colonizadores. Ahora, la comunidad les está haciendo frente con el lanzamiento de una reclamación de restitución étnica que busca recuperar 964 hectáreas de tierra y permitir a la comunidad el espacio que necesita para florecer.

LAS HUMILLACIONES Y LOS MALTRATOS

En 1982, el grupo guerrillero conocido como las FARC llegó al territorio yukpa para reclutar miembros. Andrés Vence fue secuestrado durante ocho días para ser adoctrinado. Él y los Yukpa resistieron, pero luego otro grupo guerrillero conocido como el ELN llegó al año siguiente. Después de que el ELN secuestrara a varios jóvenes, Vence y sus hombres —armados solamente con arcos y flechas— entraron en el campamento de la guerrilla y recuperaron a sus hijos, diciendo que los Yukpa no participaría en ninguna guerra.

Un guardia de seguridad yukpa, aún armado con arco y flecha.

Cuando el ejército colombiano entró en escena a mediados de la década de 1990, la situación empezó a torcerse. Las familias yukpa ya no podían moverse  libremente de casa en casa, lo que llevó al abandono sistemático de más de 900 hectáreas de tierra. Durante años, los puestos de control militares restringieron el flujo de alimentos entre las familias. Por si fuera poco, los grupos paramilitares —que a menudo eran los mismos miembros activos de las fuerzas armadas— llegaron de noche a los pueblos yukpa para aterrorizar a la comunidad.

“Ellos nos abusaron y humillaron,” dice Vence. “Creo que todo fue con la esperanza de que abriéramos la boca y dijéramos algo que les diera el derecho de matarnos.”

Andrés Vence, el alcalde y líder de la comunidad yukpa que hace la reclamación de restitución.

LA HISTORIA DOCUMENTADA

En 2015, la Unidad de Restitución de Tierras (URT) regional en el Cesar se centró en “estudios de caracterización ,” una pieza esencial del material probatorio que documenta el trasfondo, la victimización, y el sufrimiento de las comunidades indígenas que desean reclamar su tierra. La caracterización es un paso crítico para justificar una reclamación de restitución étnica. El Proyecto de Desarrollo Rural y de Tierras*, financiado por USAID (La Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional), se asoció con la URT para acelerar el proceso.

En el transcurso de seis meses, los investigadores visitaron a los Yukpa, donde entrevistaron a miembros individuales y llevaron a cabo grupos focales. También recolectaron materiales del gobierno, de organizaciones no gubernamentales, de textos académicos y de medios de comunicación. El resultado final fue de casi 200 páginas de historia, de cartografía, de experiencia y de pruebas que presentaron cómo el conflicto armado había contribuido a la destrucción de la cultura yukpa, de su sustento y de su prosperidad general.

Una mujer yukpa atiende la colada en las nubes de las tierras yukpa, que se elevan a más de 3.000 metros en la Sierra de Perijá, en la frontera entre Colombia y Venezuela.

Además de llevar a cabo los estudios de caracterización, la USAID ayudó a las oficinas regionales de restitución a mejorar la coordinación entre los miembros socios de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas  y los funcionarios municipales.

“La asociación nos dio la capacidad de funcionamiento. Sin este apoyo, nos hubiera costado uno o dos años para llegar a este caso,” dice Jorge Chávez, Director de la Unidad de Restitución de Tierras en el Cesar.

El documento será presentado como parte de la reclamación de restitución de tierras de la comunidad yukpa, que se presentará ante un juez de restitución antes de que finalice el año. Por ley, los jueces deben emitir un fallo dentro de los seis meses después de que una reclamación de restitución se presente en la corte. En el Cesar, el caso yukpa será el tercer caso de la restitución étnica para llegar a los tribunales, así haciendo que el departamento sea un jugador importante en el esfuerzo nacional para cerrar la brecha histórica entre el gobierno y los pueblos indígenas.

Las comunidades indígenas de Colombia están a menudo las más vulnerables en el país. En los últimos cinco años, los jueces de restitución de Colombia han emitido tres sentencias de restitución étnicas, así devolviendo más de 124.000 hectáreas de tierras a las comunidades indígenas.

Actualmente hay más de 24 casos de restitución étnica en la fase de caracterización que están en capacidad de afectar a más de 10.000 familias en Colombia.

“En todo el país, hay casos de restitución étnicos que llegan a los jueces. La URT se encuentra en su quinto año y resolver estos casos se hace cada vez más importante. Este caso particular es muy importante porque los Yukpa están perdiendo su identidad cultural, y reconocemos eso,” según Chávez.

En sus cinco años, los jueces de restitución de Colombia han emitido tres sentencias de restitución étnicas, así devolviendo más de 124.000 hectáreas de tierras a las comunidades indígenas.

Mientras los Yukpa esperan el fallo del juez, el progreso del caso ha envalentonado a Vence a movilizar a la comunidad —incluyendo a los ciudadanos mayores conocidos como Yimayjas— para transmitir la memoria colectiva y las habilidades culturales como el tejido de mochilas, la práctica de ritos espirituales y la elaboración de escudos para defenderse contra los espíritus malignos.

Todos los miércoles y viernes, los niños yukpa asisten a “clases del idioma yukpa” en la única escuela en el resguardo.

Un fallo favorable será la clave para restaurar la fe de los Yukpa en el gobierno de Colombia. “Hemos ejercido presión sobre el gobierno durante muchos años para hacer esto, por lo que nuestra esperanza es temporal. Vemos la televisión, y la cultura indígena nunca forma parte de la conversación. Las comunidades indígenas son las más vulnerables,” explica Vence.

* Nicholas Parkinson trabaja para El Proyecto de Desarrollo Rural y de Tierras.

Nicholas es un escritor ONG actualmente con sede en Bogotá, Colombia y está trabajando en un amplio programa de tenencia de tierra que se propone fortalecer los organismos gubernamentales de administración de tierras para servir mejor a los millones de víctimas desplazadas por la violencia. Durante los últimos seis años, ha trabajado principalmente en proyectos enfocados a la agricultura en Etiopía, Liberia, Uganda y Somalia, entre otros. Se especializa en la documentación de las ONGs y enseña a los escritores locales cómo crear historias que llaman la atención para sus ONGs. En su   blog se pueden encontrar historias de su vida como inmigrante, algunas reflexiones sobre la ayuda al desarrollo y una fuerte dosis de escalada en roca y de aventura.