Combatiendo A Los Oleoductos Desde Standing Rock Hasta Bagua

Combatiendo A Los Oleoductos Desde Standing Rock Hasta Bagua

Resistiendo en Standing Rock. Foto: Red Ambiental Indígena. Utilizada con autorización.
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 traducido por Angélica Almarán translated by Angélica Almarán
noviembre 2, 2016
 

La Resistencia en contra del Oleoducto Dakota Access (DAPL) en la reserva de Standing Rock ha ganado una cobertura sin precedentes. En el centro de la historia está un oleoducto de casi 2 mil kilómetros que transportaría alrededor de 50,000 barriles de petróleo al día desde Dakota del Norte hasta Illinois. El oleoducto es respaldado por la compañía con sede en Texas, Energy Transfer Partners, y enfrenta con una enorme fila de naciones indígenas que se han unido para decir “No”.

La Tribu Sioux de Standing Rock se opone a la construcción del oleoducto Dakota Access porque atraviesa terrenos sagrados dentro de los límites de la reserva y amenaza fuentes de agua en la gran región del Río Missouri.

No hubo una consulta previa ni autorización para el oleoducto. De hecho, la construcción del oleoducto es una flagrante violación a los derechos reconocidos en los tratados. Los derechos territoriales y de aguas de las Tribus Sioux de Standing Rock y del Río Cheyenne están protegidos bajo el Tratado de Fort Laramie (1851) y el Tratado de la Nación Sioux de Fort Laramie (1868)—así como por tratados posteriores.

Las Naciones Indígenas de todo Estados Unidos se movilizaron para proteger Standing Rock. Hay miles de personas ahora resistiendo, incluyendo a un centenar de Naciones de todo el Continente. Tara Houska, de la Nación Ojibwa, dice que esta reunión de naciones tribales en Standing Rock no se había visto desde Wounded Knee en 1973.

#NoDAPL Manifestación Pacífica de Oración dirigida por el Concejo Internacional de Juventud Indígena en la Reserva de Indios Sioux Standing Rock el 25 de Septiembre del 2016.  Foto: Red Ambiental Indígena

#NoDAPL Manifestación Pacífica de Oración dirigida por el Concejo Internacional de Juventud Indígena en la Reserva de Indios Sioux Standing Rock el 25 de Septiembre del 2016.
Foto: Red Ambiental Indígena

Aunque ahora se le están dedicando menos encabezados, la continua resistencia ha enfrentado la misma clase de represión que otros megaproyectos encaran en Guatemala, Perú y en otras partes alrededor del mundo: con violencia e impunidad. Hasta ahora, más de 140 defensores del agua fueron arrestados con cargos que van desde conducta desordenada hasta intrusión criminal. Anteriormente este mes, los guardias del oleoducto soltaron perros de ataque (que mordieron al menos a seis personas), golpearon y rociaron con gas pimienta a manifestantes Nativo Americanos.

Estos ataques casi nunca llegan a las noticias, y jóvenes indígenas re reunieron en protesta frente a los canales de CNN pidiendo que se visibilice los eventos en Standing Rock. Cuando lo hacen los medios a menudo acaban sintiendo algunas de las presiones legales utilizadas en contra de las naciones nativas.. Uno deDemocracy Now publicó grabaciones de perros con sangre en el hocico, que se volvieron virales. Como resultado, Amy Goodman fue acusada de intrusión criminal. Una orden de aprensión fue emitida con el encabezado “North Dakota contra Amy Goodman”. La defensa del Territorio Nativo se combinó con reclamos de “el periodismo no es un crimen”.

Olas de apoyo surgieron de todas partes. Una coalición de más de 1,200 arqueólogos, directores de museos e historiadores de instituciones tales como el Smithsonian y la Asociación de Museos Académicos y Galerías denunciaron la deliberada destrucción de los lugares de sepultura ancestrales de los Sioux de Standing Rock. En Washington DC, cientos se reunieron afuera de la última Conferencia sobre las Naciones Tribales en la Casa Blanca, en un mitin oponiéndose al Oleoducto de Dakota del Norte.

Una movilización sin precedentes condujo a políticas sin precedentes. El 10 de Septiembre, el gobierno federal de los Estados Unidos detuvo temporalmente el proyecto. Una declaración emitida por tres agencias federales decía que el caso “evidenció la necesidad de una seria discusión” sobre reformas a nivel nacional “en lo que respecta a considerar los puntos de vista de las tribus sobre este tipo de proyectos de infraestructura.”

Esta semana el excandidato a la presidencia Bernie Sanders escribió una carta abierta pidiendo que el presidente Obama se posicione sobre el uso excesivo de la fuerza policial contra manifestantes pacífico-s en Standing Rock.

Expositores con la marcha pacífica de Standing Rock y el Mitin de Seattle, WA Foto: John Duffy/flickr. Algunos Derechos Reservados

Expositores con la marcha pacífica de Standing Rock y el Mitin de Seattle, WA Foto: John Duffy/flickr. Algunos Derechos Reservados

Dave Archambault, presidente de los Sioux de Standing Rock, llevó el caso a las Naciones Unidas. Denunció la destrucción que provocan las compañías petroleras y la determinación de los Sioux a proteger el agua y la tierra para las generaciones venideras. La Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, respondió solicitando a las Naciones Unidas detener la construcción del oleoducto diciendo que representa un peligro significativo al agua potable y los sitios sagrados.

“Insto al Gobierno de los Estados Unidos a realizar una revisión minuciosa del cumplimiento de las normas internacionales respecto a la obligación de consultar con los pueblos indígenas y obtener su informado y libre consentimiento,” dijo la experta. “El marco legal debe ser modificado para incluir medidas en ese sentido y es importante que la Agencia de Protección Ambiental de EU y el Consejo Consultivo de Preservación Histórica participen en la revisión de la legislación.”

Esta semana, el Foro Permanente de las Pueblos Indígenas en las Naciones Unidas están enviando un delegado a Standing Rock. El experto Edward John estará visitando Standing Rock para colectar información sobre las violaciones de derechos humanos resultando de la construcción del oleoducto.

Muchos más oponiéndose a oleoductos

Standing Rock se ha vuelto emblemático y una lucha mucho más amplia en contra del desarrollo rapaz. La invasión de territorio indígena sin consulta previa desafortunadamente es demasiado habitual. La desobediencia a tratados estatales y regulaciones ambientales no es una excepción, sino la norma.

En todo el Continente Americano, que los Pueblos reconocen como Abya Yala, hay cientos de naciones resistiendo megaproyectos en sus tierras como en Standing Rock. Muchas de estas luchas están teniendo lugar ahora en Norte América. Se sabe algo de las protestas Nativo-Americanas contra el oleoducto de Keystone XL pipeline en Oklahoma. Pero hay muchos más oleoductos y resistencias que reciben poca o nula atención por parte de los medios.

En Canadá, el Oleoducto Energy East transportaría 1.1 millones de barriles de crudo al día desde Saskatchewan hasta Ontario y hasta Saint John, New Brunswick. El oleoducto asegurará las exportaciones de crudo a los mercados más rentables de Europa, India, China y Estados Unidos. Pero amenaza las tierras de más de 30 Primeras Naciones y el agua potable de más de cinco millones de Canadienses.

Nancy Morrison de 85 años, de Onigaming, y Daryl “Hutchy” Redsky Jr., 7, de Shoal Lake 40 protestan juntos en la segunda sesión informativa del oleoducto de Energy East en Kenora.

Nancy Morrison de 85 años, de Onigaming, y Daryl “Hutchy” Redsky Jr., 7, de Shoal Lake 40 protestan juntos en la segunda sesión informativa del oleoducto de Energy East en Kenora.

Está el Oleoducto del Acceso Norte, que el Gobierno Federal de Canadá aprobó condicionalmente en Junio del 2014 sin consulta previa. La Alianza de Primeras Naciones de Yinka Dene negó los permisos al oleoducto para entrar a sus territorios. Hay ocho Primeras Naciones, cuatro grupos ambientalistas y una Unión ahora impugnando al oleoducto ante la corte. En Junio pasado, el Tribunal Federal de Apelación anuló el proyecto.

El clan de Unist’ot’en de la Nación Wet’suwet’en continúan rechazando el ducto de gas natural Pacific Trail en British Colombia. Los Pueblos de Coast Salish en ambos lados de la frontera de Estados Unidos-Canadá están combatiendo el proyecto de oleoducto de TransMountain, propuesto por la compañía Kinder Morgan. En Minnesota, la Red Lake Band de los Chippewá están peleando contra un conjunto de oleoductos de Enbridge.

Hay muchas otras luchas contra oleoductos alrededor del mundo, incluyendo Perú, donde los Wampis están limpiando por ellos mismos derrames de petróleo; y Ecuador, donde la juventud urbana y ecologistas se han unido a las comunidades indígenas en la defensa del Amazonas, para evitar que continúen las perforaciones petroleras en el Yasuní.

Lo que está en juego es territorio indígena, combinado con la mayor necesidad de tierras sanas y agua limpia para la posteridad. Oponerse a los oleoductos es defender a la naturaleza de los tentáculos de las industrias extractivas que siguen anteponiendo los intereses corporativos a las necesidades y derechos humanos incluso mientras la crisis climática nos arrastra a un punto de no retorno. Standing Rock habla tanto de autodeterminación indígena como de restaurar las relaciones de reciprocidad entre humanos y naturaleza. Sin respecto a las naciones Indígenas, no habrá marcha atrás al cambio climático.

El antecedente legal de Bagua

Perú puede ser una inspiración para redefinir los derechos de extracción – los tribunales Peruanos absolvió a 52 hombres y mujeres indígenas en el conocido caso de #Bagua.

También conocido como el “Baguazo”, el caso se refiere a la masacre del 2009 en el Amazonas. Cientos de personas de las naciones Awajún y Wampis bloquearon una carretera en el área llamada Curva del Diablo  (Bagua, Amazonas) en respuesta a la perforación petrolera sin consulta previa en su territorio. Varias semanas de resistencia Indígena condujeron a un poderoso enfrentamiento donde el ex-presidente peruano Alan García respondió con represalias militarizadas. Los militares abrieron fuego contra los manifestantes desde el suelo y desde helicópteros en lo que los sobrevivientes describieron como una “lluvia de balas”. Al menos 32 personas fueron asesinadas, incluyendo a 12 oficiales de policía.

Las fuerzas peruanas abren fuego sobre los indios Awajun y Wampis. Foto: desconocido

Las fuerzas peruanas abren fuego sobre los indios Awajun y Wampis. Foto: desconocido

El gobierno trató de ocultar la masacre alegando que los manifestantes indígenas atacaron a la policía, quienes reaccionaron en defensa propia. Sin embargo, las autopsias mostraron que los policías fueron muertos por balas. Los manifestantes sólo estaban armados con armas tradicionales – no tenían armas de fuego de ningún tipo. No obstante, 52 personas fueron acusadas de homicidio y de fomentar la rebelión en lo que se convirtió en el mayor juicio de la historia peruana. La lucha indígena de Bagua por el agua y las tierras es narrada en el galardonado documental “Cuando dos mundos chocan”.

Siete años después, la Suprema Corte de Justicia del Amazonas (Perú) eximió a los 52 acusados basándose en la autonomía Indígena sobre el territorio. La corte  determinó que los bloqueos indígenas fueron una “decisión razonable – necesaria y adecuada – así como proporcional” para defender a la naturaleza y la “integridad física y biológica de su territorio que pudo haber sido afectado por industrias extractivas sin consulta previa.”

La sentencia establece que es “evidente que las Naciones Indígenas de los Awajún y Wampis decidieron bloquear la circulación en las carreteras (…) en su legítimo derecho a la manifestación pacífica basado en su autonomía territorial y organizacional y su autoridad jurídica reconocida por la Constitución.”

Esto marca un importante antecedente. Las cortes peruanas mostraron su autonomía al rechazar acusaciones fabricadas en contra de manifestantes indígenas defendiendo a la naturaleza. Más significativamente, la corte respetó la autonomía organizacional y territorial de los Pueblos Indígenas. En efecto, la corte marca un precedente al reconocer explícitamente que los Pueblos Awajún y Wampis hicieron lo correcto al bloquear la carretera y no dejar que sus derechos fueran violados.

Tanto en Bagua como en Standing Rock, los Pueblos Indígenas tienen la autoridad soberana de bloquear carreteras para proteger el territorio, el agua y el bienestar de las generaciones venideras. Es tiempo de que todos los tribunales respeten esos derechos inalienables con el mismo fervor con el que los Pueblos Indígenas defienden sus territorios.